Crónicas do Grande Despertar | Crónicas del Gran Despertar

26/12/2023

O satanismo da civilização ocidental (1) | El satanismo de la civilización occidental (1)


«O satanismo é a sobreposição da matéria ao espírito, o relativismo pós-moderno, ou seja, a relativização de todos os valores, incluindo os valores do ser humano e do espírito. E este é o caminho que o Ocidente tomou, não ontem, mas há cerca de 500 anos, com o início da Nova Era. 

Quem é Satanás? Satanás não existe quando não existe Deus, nem fé, nem religião. Este termo tende ao vazio, se para nós os termos "Deus", "fé", "eternidade", "imortalidade", "ressurreição dos mortos", "juízo final", "salvação da alma"... são igualmente vazios. Se seguimos a ideia científica ocidental e moderna do mundo, então, por certo, é ridículo falar de satanismo, porque nela não existe Deus, nem diabo, nem fé, nem alma imortal, nem vida após a morte; há apenas um rodopio de unidades biológicas, átomos que se unem, se separam e logo desaparecem no abismo negro do espaço morto. Há aproximadamente 500 anos que se estabeleceu no Ocidente uma ideia semelhante do mundo, que se costuma designar por "conceito científico do mundo". Foi acompanhada por uma gradual e completa descristianização da cultura ocidental. Assim, Satanás como fenómeno, desapareceu do "conceito científico do mundo", tal como Deus. Quando afirmámos seriamente que a civilização ocidental é satânica, chamámos a atenção para o facto de que se tratava de uma conclusão precipitada, incorrecta, prematura e, de facto, profundamente errónea. Erróneo foi o afastamento da Tradição, do espírito, de Deus, da religião — e assim começou a Idade Moderna europeia ocidental. Percebemo-lo acriticamente já desde o início do séc. XVIII, quando nos deixámos levar pelo iluminismo europeu. Mas, até 1917, de algum modo mantivemos ainda o carácter religioso da nossa sociedade. Depois precipitámo-nos no abismo materialista e, após o colapso da URSS, descemos ainda mais profundamente neste abismo — num materialismo liberal capitalista desenfreado e ainda mais descarado. E, por fim, encontrámo-nos na periferia da civilização satânica ocidental, como sua província. [...]

Se existe Deus, se existe a fé e a Igreja, a Tradição e os valores tradicionais, significa então que existe também a antítese de Deus, existe o que se revoltou contra Deus. E, assim, a história do Ocidente, a história do chamado progresso, a época da modernidade dos últimos 500 anos, abre-se sob uma luz completamente nova. Sucede que o Ocidente rejeitou Deus, disse: não existe Deus nem diabo; e o diabo, ao fim de algum tempo, objectou: não existe Deus, senão eu, porque sou o que vos disse que não há Deus.»

* * * * *
«El satanismo es la anteposición de la materia al espíritu, el relativismo posmoderno, es decir, la relatividad de todos los valores, incluidos los valores del ser humano y del espíritu. Y éste es el camino que tomó Occidente no ayer, sino hace unos 500 años, con el inicio de la Nueva Era.

¿Quién es Satán? No hay Satán cuando no hay Dios, ni fe, ni religión. Este término pende en el vacío, si para nosotros los términos "Dios", "fe", "eternidad", "inmortalidad", "Resurrección de los muertos", "Juicio final", "salvación del alma"... son igual de vacíos. Si seguimos la imagen científica occidental moderna del mundo, entonces, por supuesto, es ridículo hablar de satanismo, porque en él no hay Dios, ni diablo, ni fe, ni alma inmortal, ni vida postmortal, sino que sólo hay un revoloteo de unidades biológicas, átomos, que se pegan, se separan y luego desaparecen en el abismo del negro espacio muerto. Hace aproximadamente 500 años se estableció en Occidente una imagen del mundo semejante, que suele denominarse "imagen científica del mundo". Fue acompañada de una gradual descristianización completa de la cultura occidental. Así, Satanás como fenómeno desapareció de la "imagen científica del mundo" junto con Dios. Cuando decimos seriamente que la civilización occidental es satánica, llamamos la atención sobre el hecho de que se trataba de una conclusión precipitada, incorrecta, prematura y, de hecho, profundamente errónea. Lo erróneo fue el alejamiento de la Tradición, del espíritu, de Dios, de la religión, que es donde comenzó la Edad Moderna europea occidental. Lo percibimos acríticamente ya desde el siglo XVIII, cuando nos dejamos llevar por la Ilustración europea. Pero hasta 1917 aún mantuvimos de algún modo el carácter religioso de nuestra sociedad. Después nos precipitamos en el abismo materialista, y tras el colapso de la URSS descendimos aún más profundamente en este abismo - en un materialismo liberal capitalista desenfrenado aún más descarado. Y al final nos encontramos en la periferia de la civilización satánica occidental, como su provincia. [...]

Si existe Dios, si existe la fe y la Iglesia, la Tradición y los valores tradicionales, entonces significa que también existe la antítesis de Dios, existe el que se ha rebelado contra Dios. Y entonces la historia de Occidente, la historia del llamado progreso, la época de la modernidad de los últimos 500 años se abre bajo una luz completamente nueva. Resulta que Occidente rechazó a Dios, dijo: no hay ni Dios ni diablo, y el diablo, como al cabo de un tiempo, objetó: no hay Dios, sino que soy yo, porque soy el que os ha dicho que no hay Dios.»

Sem comentários:

Enviar um comentário