Como o próprio Klaus Schwab declarou recentemente ao seu ramalhete de convidados principescos, o WEF pretende "dominar o futuro"; e quem melhor para dominar o amanhã do que aqueles que consideram o resto dos habitantes do planeta pouco mais do que servos? [...]
Por trás de cada centímetro do "reconstruir melhor" (build back better), do grande reinício (great reset) da economia mundial promovido pelo WEF, há algum titã empresarial, gigante bancário, político ávido de poder, cacique burocrático ou um simples aristocrata que ganha dinheiro ou influência graças à infinidade de transacções secretas que estruturam toda a farsa filantrópica. [...] Dependem da mão-de-obra escrava africana para a extracção de matérias-primas "verdes", da mão-de-obra escrava chinesa para o fabrico de tecnologias "verdes", e ao mesmo tempo qualificam como intolerantes todos quantos se opõem às suas políticas de fronteiras abertas, que inundam as nações ocidentais de mão-de-obra barata. Como seria de esperar, os principais responsáveis por desmantelar as organizações sindicais dentro de portas, enquanto subvencionam a escravatura no estrangeiro, são os mesmos que dão ao mundo sermões sobre racismo, salários justos e direitos humanos. [...]
No essencial, o chefe do órgão de governo internacional favorito dos globalistas exige que os líderes nacionais ignorem intencionalmente a vontade dos seus povos e implementem um sistema de criminalização da liberdade de expressão, para que a dissidência desapareça num passe de magia, como um manifestante num campo de reeducação. São estas mesmas elites do WEF que têm o descaramento de pôr-se a pregar sobre a "democracia" e os "valores ocidentais".»
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«El Foro Económico Mundial (WEF), ese imperio aplastanaciones, parece un desguace que ha robado piezas de las peores dictaduras del mundo para crear un Frankenstein woke. Así, de los aztecas ha tomado la afición a los sacrificios humanos para ahuyentar el mal tiempo; de los comunistas chinos, el amor por el control absoluto y la erradicación de la cultura tradicional; de los fascistas italianos, su conchabeo con los monopolios corporativos para exprimir a la sociedad, y de los nazis alemanes la creencia en una raza superior, en este caso las celebridades, banqueros, capitalistas y potentados que se reúnen en Davos y otros lugares para aplaudir sus propios logros y seguir aplicando su plan maestro, que el WEF llama cariñosamente El Gran Reinicio.
Como el propio Klaus Schwab declaró recientemente a su popurrí de invitados principescos, el WEF pretende “dominar el futuro”, ¿y quién mejor para dominar el porvenir que quienes consideran al resto de los habitantes del planeta poco más que siervos? [...]
Detrás de cada centímetro del “reconstruir mejor” (build back better) del gran restablecimiento (great reset) de la economía mundial que promueve el WEF hay algún titán empresarial, gigante bancario, político ávido de poder, cacique burocrático o simple aristócrata que gana dinero o influencia gracias a la multitud de transacciones secretas que apuntalan toda la farsa filantrópica. [...] Dependen de la mano de obra esclava africana para la extracción de las materias primas verdes y de la mano de obra esclava china para la fabricación de las tecnologías verdes, al tiempo que tachan de intolerantes a quienes se oponen a sus políticas de fronteras abiertas que inundan las naciones occidentales de mano de obra barata. Como era de esperar, los máximos responsables de socavar a las organizaciones sindicales en casa mientras subvencionan la esclavitud en el extranjero son los mismos que sermonean al mundo sobre el racismo, los salarios justos y los derechos humanos. [...]
En esencia, el jefe del órgano de gobierno internacional preferido de los globalistas exige que los líderes nacionales ignoren intencionadamente la voluntad de sus pueblos e implanten un sistema para la criminalización de la libertad de expresión, para que la disidencia desaparezca mágicamente, como un manifestante en un campo de reeducación. Son las mismas élites del WEF que luego tienen la temeridad de ponerse a predicar sobre la “democracia” y los “valores occidentales”.»
