«A palavra "reaccionário" é a mais adequada para denominar quem se opõe à agenda progressista. A palavra começou a utilizar-se durante a Revolução Francesa para nomear os que pretendiam restaurar o Antigo Regime. Posteriormente, foi Marx quem utilizou o vocábulo, de forma pejorativa, para descrever os seus antecessores e os seus adversários na Associação Internacional de Trabalhadores e as que lhe sucederam (Segunda Internacional, etc.) no séc. XIX, cujos esquemas económicos utópicos – no seu entender – implicavam voltar atrás no tempo, à era pré-capitalista e pré-industrial de feudalismo e gremialismo medievais. Seguindo o exemplo do seu mestre, os comunistas e social-democratas posteriores, utilizaram "reaccionário" como uma palavra difamatória contra os defensores do capitalismo, por se oporem à supostamente inevitável marcha da História rumo ao socialismo. Tanto na cosmovisão comunista como na social-democrata, a mais alta posição moral, se não a única, é ser "progressista", estar do lado da inevitável fase seguinte da História. Por conseguinte, a imoralidade mais profunda, se não a única, é ser "reaccionário", reagir e opor-se ao progresso inevitável, ou ainda, e no pior dos casos, trabalhar para fazer retroceder a maré e restaurar o passado, "para fazer o relógio andar para trás".
O ódio que hoje se atribui ao termo "reacção" ou "reaccionário" deve-se estritamente ao seu uso polémico por parte dos ideólogos marxistas. Fora da política, o termo tem uma conotação positiva em muitos contextos. Em particular, a reacção antigénio-anticorpo "é a reacção fundamental no corpo mediante a qual o corpo se protege de moléculas estranhas complexas, como patogénicos e as suas toxinas químicas". O sistema imunitário humano é reaccionário. Reage contra os invasores, aniquila-os e restaura no corpo humano o seu saudável status quo anterior... Em Física fala-se de acção, reacção e conservação de movimento, etc., etc.
Reagir significa responder ou actuar de uma maneira determinada como resposta a um estímulo, defender-se de um ataque, responder a uma agressão, opor-se a algo que se considera inadmissível, segundo o dicionário.
Por isso, ser um reaccionário político-económico é ter como objectivo endireitar o que está torto, aquilo que não funciona nas nossas instituições económicas, sociais e culturais, devido às políticas progressistas, remediar o que foi feito por social-democratas-progressistas e que impede o funcionamento correcto; fazer retroceder o "seu relógio" expulsando os cartéis mafiosos e a sua burocracia dos territórios que controlam, das suas posições de poder e influência, restaurando e regenerando o corpo social para que recupere a saúde.»
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«La palabra “reaccionario” es la más adecuada para denominar a quienes se oponen a la agenda progresista. La palabra se empezó a usar durante la Revolución Francesa para nombar a quienes pretendían restaurar el Antiguo Régimen. Posteriormente fue Marx, quien usó el vocablo, de forma peyorativa para describir a quienes le antecedieron y a sus contrincantes en la Asociación Internacional de Trabajadores y las que le siguieron (segunda internacional, etc.) en el siglo XIX, cuyos esquemas económicos utópicos –a su entender– implicaban viajar para atrás en el tiempo a la era precapitalista y preindustrial de feudalismo y gremialismo medievales. Siguiendo el ejemplo de su maestro, los comunistas y socialdemócratas posteriores usaron «reaccionario» como una palabra difamatoria contra los defensores del capitalismo por oponerse a la supuestamente inevitable marcha de la historia hacia el socialismo. Tanto en la cosmovisión comunista como en la socialdemócrata, la moralidad más alta, si no la única, es ser “progresista”, estar… del lado de la inevitable siguiente fase de la historia. De la misma manera, la inmoralidad más profunda, si no la única, es ser “reaccionario”, reaccionar oponiéndose al progreso inevitable, o incluso y en el peor de los casos, trabajar para hacer retroceder la marea y restaurar el pasado, “para hacer retroceder el reloj”.
El odio que se atribuye hoy al término “reacción” o “reaccionario” se debe estrictamente a su uso polémico por parte de los ideólogos marxistas. Fuera de la política, el término tiene una connotación positiva en muchos contextos. En particular, la reacción antígeno-anticuerpo “es la reacción fundamental en el cuerpo mediante la cual el cuerpo se protege de moléculas extrañas complejas, como patógenos y sus toxinas químicas”. El sistema inmunitario humano es reaccionario. Reacciona contra los invasores y los aniquila y restaura el cuerpo humano a su saludable status quo anterior… En Física se habla de acción y reacción y conservación del movimiento, y un largo etc.
Reaccionar significa responder o actuar de una manera determinada como respuesta a un estímulo, defenderse de un ataque, responder a una agresión, oponerse a algo que se considera inadmisible, según el diccionario de la Real Academia Española.
Por lo tanto, ser un reaccionario político-económico es tener como objetivo enderezar los entuertos, lo que no funciona de nuestras instituciones económicas, sociales y culturales perpetrados por políticas progresistas, poner remedio a lo que los socialdemócratas-progresistas hacen que no funcione correctamente; hacer retroceder «su reloj» expulsando a los cárteles mafiosos y su burocracia de los terriotorios que controlan, de sus posiciones de poder e influencia y restaurando, regenerando el cuerpo social para que recupere la salud.»
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