Crónicas do Grande Despertar | Crónicas del Gran Despertar

05/08/2022

A democracia e o socialismo | La democracia y el socialismo



«A manifestação mais evidente da decadência da Europa é sobretudo política. “O que se ataca hoje em dia – escreve Nietzsche – é a tradição, é o instinto e a vontade de persistir na tradição”, do qual deriva uma desorganização e uma anarquia latentes sob as instituições modernas. A tradição e o espírito clássico representam o ponto mais alto que a humanidade conseguiu alcançar, graças à sabedoria longamente acumulada e mediante uma vontade exercida no decorrer dos séculos que permitiu obter, não a perfeição, que é inalcançável, mas a maior aproximação possível ao melhor. O clássico é definido por Nietzsche como “o que ainda é são”. As formas políticas clássicas surgem dos instintos de coesão, de hierarquia e de autoridade, que são essenciais para a civilização. Pelo contrário – escreve – na política de hoje só nos agrada o que precipita a decomposição: a democracia e o socialismo. São as formas mais degradadas e degradantes do exercício político. […]

Com efeito, diz-nos Nietzsche, são os indivíduos inferiores os que se multiplicam e são promovidos na democracia e no socialismo. São os instintos do rebanho que se vêem privilegiados frente aos instintos de excepção e de nobreza. A democracia e o socialismo têm necessidade de carneirada, de domesticação, de pensamento único e de seres que sejam em todos os seus aspectos inofensivos: o que nasceu no disgenismo [a selecção dos piores] precisa do disgenismo para sobreviver. O mais grave é que, nestes sistemas, as elites continuam a dominar as pessoas comuns – mas agora dominam-nos hipocritamente, em nome de falsos valores ou em nome do dinheiro. Nietzsche despreza profundamente o espírito mercantil e utilitarista próprio dos anglo-saxões, mas é ao dito espírito a que nos conduzirão inelutavelmente a democracia e o socialismo: a um povo cada vez mais medíocre e uma elite cada vez mais vil.»

* * * * *

«La manifestación más evidente de la decadencia de Europa es sobre todo política. “Lo que hoy en día se ataca —escribe Nietzsche— es la tradición, es el instinto y la voluntad de persistir en la tradición”, de todo lo cual se deriva una desorganización y una anarquía latentes bajo las instituciones modernas. La tradición y el espíritu clásico representan lo más alto que la humanidad ha podido alcanzar gracias a una larga sabiduría acumulada y mediante una voluntad desplegada a lo largo de los siglos que ha permitido alcanzar, no la perfección, que es inalcanzable, sino lo más cercano posible a lo mejor. Lo clásico lo define Nietzsche como “lo que todavía es sano”. Las formas políticas clásicas surgen de los instintos de cohesión, de jerarquía y de autoridad que son esenciales para la civilización. Por el contrario —escribe— hoy sólo nos gusta en política lo que precipita la descomposición: la democracia y el socialismo. Son las formas más degradadas y degradantes del ejercicio político. […]

En efecto, nos dice Nietzsche, son los individuos inferiores los que pululan y son promovidos en la democracia y en el socialismo. Son los instintos de rebaño los que se ven privilegiados frente a los instintos de excepción y de nobleza. La democracia y el socialismo tienen necesidad de borregos, de domesticación, de pensamiento único y de seres que sean en todos sus aspectos inofensivos: lo que ha nacido en el disgenismo necesita el disgenismo [término opuesto a eugenismo] para sobrevivir. Lo peor es que, en estos sistemas, las élites siguen dominando a la gente sencilla; pero ahora los dominan hipócritamente, en nombre de falsos valores o en nombre del dios dinero. Nietzsche desprecia profundamente el espíritu mercantil y utilitarista propio de los anglosajones, pero es a dicho espíritu a lo que nos conducirán ineluctablemente la democracia y el socialismo: hacia un pueblo cada vez más mediocre y una élite cada vez más vil.»

Sem comentários:

Enviar um comentário