Crónicas do Grande Despertar | Crónicas del Gran Despertar

30/01/2024

O “ateísmo líquido” de Francisco (e 5) | El “ateísmo líquido” de Francisco (y 5)


Excertos da entrevista de Miguel Ángel Quintana Paz a Diego Fusaro, acerca da publicação do seu livro "O fim do cristianismo".

«— Voltando de novo ao argumento do mercado, ao escutar-nos, muitos poderiam dizer: “Mas eu ouvi, eu li, Bergoglio a opor-se ao mercado, a criticar o mercado”. De facto, esta seria a razão pela qual este papa é considerado um papa de esquerda ou, pelo menos, um pouco à esquerda.
— No meu livro Pensar Diferente, defendo que o capitalismo faz a gestão não só do consenso como da dissidência. Assim, também neste aspecto é totalitário. Gere não só o consenso, como produz também aquilo que designo como “uma crítica conservadora”, que tem dois modos fundamentais de expressão.
Por um lado temos a crítica conservadora dos discípulos de Heidegger, que dizem que o mundo da técnica é terrível, obsceno, mas que não há nada a fazer, que só Deus nos pode salvar. E, portanto, esta crítica acaba por ser uma apologia do capitalismo, porque, ao dizer que é horrível mas não existe alternativa, acaba por justificá-lo. Daí que se trate de uma crítica conservadora.
A segunda modalidade de crítica conservadora é a de quem critica a globalização, por exemplo, ou a destruição do meio ambiente, mas, ao mesmo tempo, critica também o que se opõe realmente à globalização e à destruição do meio ambiente. Ponho um exemplo: Greta Thunberg representa o ecologismo neoliberal, porque nunca intenta uma luta contra o capitalismo e contra as classes dominantes que destroem o meio ambiente. É celebrada, tal como Bergoglio, em todos os meios de comunicação, porquê? Porque as classes dominantes precisam de evitar que o ambientalismo se transforme em anticapitalismo, e dizem portanto: “Nós vamos ocupar-nos de meio ambiente! Economia verde!”. E, através dessa “economia verde”, transformam o ambientalismo em fontes renováveis de negócio.
Passa-se o mesmo com Bergoglio, porque, se é verdade que critica a desigualdade, as finanças, o capitalismo… é certo que critica também tudo o que, em concreto, se lhes opõe. Por exemplo, se Bergoglio estivesse realmente contra o capitalismo, deveria valorizar o populismo. Bergoglio critica o capitalismo e a seguir diz: “Quando ouço falar em soberania nacional, penso logo no nazismo”. Assim, no meu entender, Bergoglio faz parte da crítica conservadora.

— Julgo que fica bem clara a tua posição.
— Está claro que o meu discurso sobre a Igreja católica será recebido por muitos como o discurso de um ultracatólico que quer voltar à verdadeira Igreja. Não é verdade; eu sou um hegeliano, para mim existe na religião um elemento verdadeiro, mas não sou um homem confessional.

— E consideras que esse elemento verdadeiro foi esquecido nesta Igreja de Bergoglio?
— Completamente. Hoje existe uma convergência integral entre a esquerda caviar neoliberal e a Igreja pós-cristã de Bergoglio. Eu digo, no livro, que “Bergoglio é, para a Igreja de Roma, o mesmo que Gorbatchov foi para a União Soviética”. Gorbatchov propôs a perestroika, que seria uma renovação, uma modernização, mas que, na realidade, destruiu o comunismo.
Na minha opinião, houve um erro fundamental, tanto no comunismo como na Igreja católica do século XX, pois fizeram uma guerra entre si sem dar-se conta de que seria o capitalismo quem os mataria, a ambos. Esse era o ponto fundamental. O verdadeiro inimigo do cristianismo não é o comunismo, que, como dizia Pasolini, tem o seu próprio impulso espiritual, de não se conformar com o que está. O verdadeiro inimigo do cristianismo é o capitalismo.»

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Extractos de la entrevista de Miguel Ángel Quintana Paz a Diego Fusaro, sobre la publicación de su libro "El fin del cristianismo".

«—Volviendo un poco al argumento del mercado, muchos podrían decir al escucharnos: «Pero yo he oído, he leído a Bergoglio oponerse al mercado, criticar al mercado». De hecho, esta sería la razón por la que este papa es considerado un papa de izquierda o, al menos, un poco más de izquierda.
—En mi libro Pensare altrimenti, que en España se tradujo como Pensar diferente, sostengo que el capitalismo no solo gestiona el consenso, sino que también gestiona la disidencia. De esta manera, es totalitario también en este aspecto. No solo gestiona el consenso, sino que también produce lo que llamo «una crítica conservadora» que tiene dos modos fundamentales de expresión.
Por un lado tenemos la crítica conservadora de los discípulos de Heidegger, que dicen que el mundo de la técnica es terrible, obsceno, pero que no hay nada que hacer, que solo Dios nos puede salvar. Y, por lo tanto, esta crítica termina siendo una apología del capitalismo, porque si dices que es horrible pero que no hay alternativa, lo estás justificando. De ahí que se trate de una crítica conservadora.
La segunda modalidad de crítica conservadora es la de quien critica la globalización, por ejemplo, o la destrucción del medio ambiente, pero al mismo tiempo critica también lo que se opone realmente a la globalización y a la destrucción del medio ambiente. Pongo un ejemplo: Greta Thunberg representa el ecologismo neoliberal, porque nunca emprende una lucha contra el capitalismo y contra las clases dominantes que destruyen el medio ambiente. Se la celebra como a Bergoglio en todos los medios de comunicación, ¿por qué? Porque son las clases dominantes las que necesitan evitar que el ambientalismo se vuelva anticapitalismo, y por tanto dicen: «¡Nosotros nos ocuparemos del medio ambiente!, ¡economía verde!». Y mediante esa «economía verde» transforman el ambientalismo en fuentes renovables de negocio.
Lo mismo pasa con Bergoglio, porque si bien es verdad que critica la desigualdad, las finanzas, el capitalismo… lo cierto es que critica también todo lo que en concreto se les opone. Por ejemplo, si Bergoglio estuviera realmente en contra del capitalismo, debería valorar el populismo. Bergoglio critica el capitalismo y luego va y dice: «Cuando oigo hablar de soberanía nacional, me viene a la mente el nazismo». Por tanto, Bergoglio forma parte a mi juicio de la crítica conservadora.

—Creo que queda bien nítida tu posición.
—Está claro que mi discurso sobre la Iglesia católica será recibido por muchos como el discurso de un ultracatólico que quiere volver a la verdadera Iglesia. No es así, yo soy un hegeliano, para mí en la religión hay un elemento verdadero, pero no soy un hombre confesional.

—¿Y encuentras que este elemento verdadero se olvida en esta Iglesia de Bergoglio?
—Totalmente. Hoy hay una convergencia integral entre la izquierda fucsia neoliberal y la Iglesia poscristiana de Bergoglio. Yo en el libro digo que «Bergoglio es para la Iglesia de Roma lo mismo que Gorbachov fue para la Unión Soviética». Gorbachov propuso la perestroika, que sería una renovación, una modernización, pero en realidad destruyó el comunismo. Y eso fue una tragedia, la mayor tragedia de la historia del siglo XX. Bergoglio quiere hacer una perestroika de la Iglesia, abrirla al mundo, hacerla progresar, pero haciéndolo así la destruye como Gorbachov hizo con el comunismo.
En mi opinión, hubo un error fundamental tanto del comunismo como de la Iglesia católica en el siglo XX, ya que se hicieron la guerra entre sí sin darse cuenta de que sería el capitalismo el que los mataría a ambos. Ese era el punto fundamental. El verdadero enemigo del cristianismo no es el comunismo que, como decía Pasolini, tiene su propio impulso espiritual, de no conformarse con lo que hay. El verdadero enemigo del cristianismo es el capitalismo.» [artigo original]

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