Crónicas do Grande Despertar | Crónicas del Gran Despertar

13/05/2022

A Aliança Antiglobalista | La Alianza Antiglobalista




«Há pouco tempo lancei um apelo para a criação de uma Aliança Antiglobalista, que possa coordenar a oposição das forças boas em diferentes nações contra o golpe de Estado da elite. Mas esta Aliança deve ser uma iniciativa dos leigos, do mesmo modo que os leigos devem ser os que, como cristãos e cidadãos, dão testemunho público da sua fé e se comprometem na política.
Enquanto os conspiradores formavam os seus futuros líderes no Fórum de Davos e os colocavam à frente das nações e das instituições internacionais – praticamente todos os que hoje estão no poder, desde Macron a Trudeau, desde Merkel a Zelensky – o que faziam aqueles que se preocupavam com a soberania do Estado, com a protecção da vida e da família tradicional, com a defesa da religião e da moral? Nada. Nenhuma formação, nenhum investimento nas futuras classes dirigentes, nenhuma formação académica dos dirigentes católicos, segundo os princípios não negociáveis. Pelo contrário, se observarmos ao pormenor, a traição do clero neste campo tem sido reveladora, porque junto ao trabalho do Estado profundo no âmbito civil, de facto criando praticamente a sua base ideológica e social, a Igreja profunda vendeu-se às exigências da esquerda, preferiu o diálogo ecuménico à doutrinação e à conversão das almas, aceitou os princípios revolucionários da Declaração Universal dos Direitos Humanos e foi a primeira a arrebatar a Cristo a sua Coroa Real, fazendo-se apóstola da laicidade do Estado. Hoje, com Bergoglio, a traição consumou-se numa apostasia […] que, para mais, se põe hipocritamente ao lado do sistema, apoiando Zelensky, a marioneta de Schwab na Ucrânia, estando contra o presidente Putin, que é o único chefe de Estado que se opõe à globalização e aos princípios criminosos que a inspiram.»

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«Hace poco tiempo lancé un llamamiento para la creación de una Alianza Antiglobalista, que pueda coordinar la oposición de las fuerzas buenas de las diferentes naciones contra el golpe de Estado de la élite. Pero esta Alianza debe ser una iniciativa de los laicos, al igual que los laicos deben ser los que, como cristianos y ciudadanos, den testimonio público de su fe y se comprometan en la política.
Mientras los conspiradores formaban a sus futuros líderes en el Foro de Davos y los colocaban en las cimas de las naciones e instituciones internacionales -prácticamente todos los que hoy están en el poder, desde Macron a Trudeau, desde Merkel a Zelensky-, ¿qué hacían los que se preocupaban por la soberanía del Estado, la protección de la vida y la familia tradicional, la defensa de la religión y la moral? Nada. Ninguna formación, ninguna inversión en las futuras clases dirigentes, ninguna formación académica de los dirigentes católicos, según los principios no negociables. Por el contrario, si miramos de cerca, la traición del clero en este campo ha sido reveladora, porque junto a la labor del Estado profundo en el ámbito civil, y de hecho casi creando su base ideológica y social, la Iglesia profunda se ha vendido a las exigencias de la izquierda, ha preferido el diálogo ecuménico a la predicación y la conversión de las almas, ha aceptado los principios revolucionarios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y fue la primera en arrebatarle a Cristo su Corona Real, haciéndose apóstol de la laicidad del Estado. Hoy, con Bergoglio, la traición se ha consumado en una apostasía […], que además se pone hipócritamente del lado del sistema, apoyando al Zelensky, el títere de Schwab en Ucrania, y yendo en contra del presidente Putin, que es el único jefe de Estado opuesto a la globalización y a los principios criminales que la inspiran.»

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