Crónicas do Grande Despertar | Crónicas del Gran Despertar

07/03/2023

Como se explica a obsessão globalista com as alterações climáticas | Cómo explicar la obsesión globalista por el cambio climático


«No início e no final do discurso, Soros aborda outro factor que supõe ser uma ameaça para a "sociedade aberta". Trata-se da alteração climática.
Num canal russo do telegram, "Eksplikatsiya", há uma explicação engenhosa de como se posicionaram, no mesmo tabuleiro, as grandes transformações, conflitos e enfrentamentos geopolíticos e de civilização. Eis um fragmento ali contido:

"A 16 de Fevereiro de 2023, um especulador global, um fanático seguidor da ideologia extremista da "sociedade aberta", George Soros, pronunciou um discurso de abertura na Conferência de Segurança de Munique, na Alemanha. Grande parte do mesmo foi dedicado à geopolítica e à dura confrontação da ordem mundial liberal globalista unipolar com aquilo que Soros e as elites mundiais designam como "sociedades fechadas". [...]
Interessava-me, no entanto, a relação destas construções geopolíticas com o problema do aquecimento global, com que Soros começou e terminou o seu discurso. Juntando as peças cheguei à seguinte conclusão:

Soros afirma claramente que o degelo da Antárctida e do Árctico, juntamente com Xi Jinping, Erdogan e Modi, são ameaças reais para uma "sociedade aberta", e a agenda climática integra-se directamente no discurso geopolítico e converte-se num participante de pleno direito no grande confronto.
À primeira vista, isto parece um pouco absurdo. Como um hipotético aquecimento global (mesmo aceitando-o como real) pode contar-se entre os inimigos dos globalistas, e obter ainda o estatuto de "ameaça número 1", uma vez que Soros declara em primeiro lugar o perigo do degelo, e só em segundo lugar o de Putin no Kremlin e das tropas russas na Ucrânia.

Recordemos o que a geopolítica ensina sobre o confronto entre as "civilizações do Mar" e as "civilizações da Terra". Em consequência, todos os principais centros do atlantismo se situam em cidades portuárias, na costa. Foi o caso de Cartago, Atenas, Veneza, Amsterdão, Londres e, hoje, de Nova Iorque. Esta lei estende-se inclusive à geopolítica eleitoral dos Estados Unidos, onde os estados azuis que tradicionalmente apoiam os democratas, incluindo a ultra-liberal Nova Iorque, situam-se ao longo das duas costas, ocidental e oriental, e os estados vermelhos republicanos, mais tradicionais, cujo apoio levou Trump ao poder, o principal inimigo de George Soros, conformam a Heartland estado-unidense.

Nos outros continentes acontece mais ou menos o mesmo. Foi a "civilização do Mar" que construiu essa "sociedade aberta" que George Soros defende fervorosamente, enquanto as "sociedades fechadas" que se lhe opõem são as civilizações da Terra, entre elas a russo-asiática, a chinesa, a indiana, a ibero-americana e mesmo o núcleo norte-americano (os estados vermelhos). Por isso, se o gelo se derrete, o nível dos oceanos subirá rapidamente. E isso significa que os primeiros a ficar submersos serão precisamente os pólos da talassocracia mundial: a zona da Rimland, os espaços costeiros que são os bastiões da oligarquia liberal global. Nesse caso, a sociedade liberal aberta, também chamada "sociedade líquida" (Sigmund Bauman) será simplesmente arrasada: só restarão as "sociedades fechadas", situadas na Hinterland – o interior dos continentes.

O aquecimento da Terra tornará férteis muitas zonas frias, sobretudo no noreste da Eurasia. Na América, só restarão os estados que apoiam os republicanos. Todos os bastiões democratas se afogarão. E antes que isso ocorra, o moribundo Soros anuncia o seu testamento aos globalistas: "é agora ou nunca: ou a "sociedade aberta" triunfa hoje na Rússia, China, Índia, Turquia, etc., o que permitirá à elite globalista salvar-se, mudando-se para as regiões interiores dos continentes, ou a "sociedade aberta" acabará."

Só assim se explica a obsessão dos globalistas pelas alterações climáticas. Não, não estão doidos! Nem Soros, nem Schwab, nem Biden! O aquecimento global, tal como o "General Inverno" na II Guerra Mundial, na luta contra Hitler, está a converter-se num factor de peso na política mundial, e agora está do lado de um mundo multipolar

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«Al principio y al final del discurso, Soros aborda otro factor que supone una amenaza para la "sociedad abierta". Se trata del cambio climático.
En un canal de telegram ruso, "Eksplikatsiya", se explica ingeniosamente cómo llegaron a ponerse en el mismo tablero que las grandes transformaciones, conflictos y enfrentamientos geopolíticos y de civilización. He aquí el fragmento completo tomado de allí:

"El 16 de febrero de 2023, un especulador global, un fanático seguidor de la ideología extremista de la "sociedad abierta", George Soros, pronunció un discurso de apertura en Alemania en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Gran parte del mismo estuvo dedicado a la geopolítica y a la dura confrontación del orden mundial liberal globalista unipolar con lo que Soros y las élites mundiales denominan "sociedades cerradas". [...]
Me interesaba, sin embargo, cómo se relacionan estas construcciones geopolíticas con el problema del calentamiento global, con el que Soros empezó y terminó su discurso. Poniéndolo todo junto, llegué a la siguiente conclusión.

Soros afirma claramente que el deshielo de la Antártida y el Ártico, junto con Putin, Xin Jiang Ping, Erdogan y Modi, son amenazas reales para una "sociedad abierta", y la agenda climática se integra directamente en el discurso geopolítico y se convierte en participante de pleno derecho en la gran confrontación.
A primera vista, esto parece un poco absurdo. Cómo un hipotético calentamiento global (incluso si lo aceptamos como real) puede contarse entre los enemigos de los globalistas, e incluso obtener el estatus de "amenaza número 1", ya que Soros declara en primer lugar el peligro del deshielo y sólo en segundo lugar - de Putin en el Kremlin y las tropas rusas en Ucrania.

Recordemos que la geopolítica enseña sobre el enfrentamiento de las "civilizaciones del Mar" y las "civilizaciones de la Tierra". En consecuencia, todos los principales centros del atlantismo se sitúan en las ciudades portuarias, en la costa. Fue el caso de Cartago, Atenas, Venecia, Ámsterdam, Londres, y hoy de Nueva York. Esta ley se extiende incluso a la geopolítica electoral de Estados Unidos, donde los Estados azules que tradicionalmente apoyan a los demócratas, incluida la ultraliberal Nueva York, se sitúan a lo largo de ambas costas, occidental y oriental, y los Estados republicanos rojos más tradicionales, cuyo apoyo llevó al poder a Trump, el principal enemigo de George Soros, conforman el Heartland estadounidense.

Más o menos lo mismo ocurre en otros continentes. Fue la "civilización del Mar" la que construyó esa "sociedad abierta" que George Soros defiende fervientemente, mientras que las "sociedades cerradas" opuestas a ella son las civilizaciones de la Tierra, entre ellas la ruso-euroasiática, la china, la india, la latinoamericana e incluso el núcleo norteamericano (Estados rojos). Por lo tanto, si el hielo se derrite, el nivel de los Océanos del mundo sube rápidamente. Y eso significa que los primeros en quedar sumergidos serán precisamente los polos de la talasocracia mundial: la zona de Rimland, los espacios costeros que son los bastiones de la oligarquía liberal global. En tal caso, la sociedad liberal abierta, también llamada "sociedad líquida" (Sigmund Bauman) será simplemente arrasada: sólo quedarán las "sociedades cerradas", situadas en el Hinterland – el interior de los continentes.

El calentamiento de la Tierra hará fértiles muchas zonas frías, sobre todo en el noreste de Eurasia. En América, sólo quedarán los Estados que apoyan a los republicanos. Todos los bastiones demócratas se ahogarán. Y antes de que eso ocurra, el moribundo Soros anuncia su testamento a los globalistas: "es ahora o nunca: o la "sociedad abierta" triunfa hoy en Rusia, China, India, Turquía, etc., lo que permitirá a la élite globalista salvarse en los continentes trasladándose a las regiones del interior, o la "sociedad abierta" se acabará".

Sólo así se explica la obsesión de los globalistas por el cambio climático. No, ¡no están locos! ¡Ni Soros, ni Schwab, ni Biden! El calentamiento global, como una vez hizo el "Gen. Winter" en la Segunda Guerra Mundial en el bando ruso en la lucha contra Hitler, se está convirtiendo en un factor en la política mundial, y ahora está del lado de un mundo multipolar

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