Crónicas do Grande Despertar | Crónicas del Gran Despertar

28/10/2022

Marcha sobre Roma: 100 anos | Marcha sobre Roma: 100 años



Fascismo Vs. Marxismo – «Foi a necessidade que criou a realidade do fascismo, frente à dissolvente, boçal e suicida ideologia marxista.

O marxismo proclama a inumana luta de classes, base de ódios e injustiças, de reacções criminosas e de exclusivismos aniquiladores. O fascismo levanta a doutrina da concórdia e da ajuda mútua entre todas as classes sociais, a harmonia de todos os órgãos de produção para conseguir uma maior equidade distributiva.

O marxismo aspira e tem por fim imediato a ditadura do proletariado; a tirania, portanto, de uma classe sobre todas as outras de um povo, prolongando a abjecta tese de vencedores e vencidos. O fascismo defende a formação de um Estado corporativista, sem intermediários políticos, astuciosos e embusteiros, nem parasitas de espécie alguma, no qual todas as classes de uma Nação, por intermédio de Sindicatos e agremiações, tenham participação no governo do Estado.

O marxismo escraviza os outros, em proveito exclusivo de um partido. O fascismo, pelo contrário, beneficia de igual modo todas as classes sociais.

O marxismo é materialista e ateu. O fascismo é fé e espírito.

O marxismo ao destruir os fundamentos da instituição familiar, célula formativa do princípio nacional, tenta aniquilar o conceito da Pátria. O fascismo protege o desenvolvimento familiar, cooperando no engrandecimento da Pátria.

O marxismo é ódio, é sangue, é destruição, é retrocesso. O fascismo é consonância, é progresso, é bem-estar.

O marxismo é a negação da tradição e da história dos povos, como se a experiência reiterada das gerações fosse uma bagagem inútil. O fascismo, ao recolher todos os ensinamentos do passado, adaptando-os às urgências actuais, serve de ponte salvadora da civilização e da cultura.

O conceito materialista do marxismo anula tudo o que de mais nobre existe no espírito humano, precipitando o homem na irresolução dos seus problemas espirituais. O fascismo, pelo contrário, ao harmonizar o problema social com um conceito poético da História e da vida, cria a mais alta e generosa disposição mental.

O marxismo é desordem, é anarquia, é desagregação, em proveito de uns poucos. O fascismo é ordem, é unidade e é autoridade em benefício de todas as classes sociais.

O marxismo persegue a Religião. O fascismo faz sua a regra evangélica: Dai a Deus o que é de Deus, e a César o que é de César.»

* * * * *

Fascismo Vs. Marxismo – «La necesidad ha creado la realidad del fascismo, frente a la disolvente, energuménica y suicida ideología marxista.

El marxismo predica la inhumana lucha de clases, base de odios e injusticias, de criminales reacciones y de aniquiladores exclusivismos. El fascismo levanta la doctrina de la concordia y la ayuda mutua entre todas las clases sociales, la armonía de todos los órganos de la producción para conseguir una mayor equidad distributiva.

El marxismo aspira y tiene por fin inmediato la dictadura del proletariado; la tiranía, pues, de una clase sobre todas las demás de un pueblo, prolongando la oprobiosa tesis de vencedores y vencidos. El fascismo propugna la formación de un Estado corporativista en el que sin intermediarios políticos, avisados y embusteros, ni parásitos de ninguna especie, todas las clases de una Nación, por medio de Sindicatos y agremiaciones, tengan participación en la gobernación del Estado.

El marxismo esclaviza a los más, en provecho exclusivo de un partido. El fascismo, por el contrario, beneficia por igual a todas las clases sociales.

El marxismo es materialista y ateo. El fascismo es fe y es espíritu.

El marxismo al destruir los fundamentos de la institución familiar, célula formativa del principio nacional, intenta aniquilar el concepto de la Patria. El fascismo protege el desenvolvimiento familiar, cooperando al engrandecimiento de la Patria.

El marxismo es odio, es sangre, es destrucción, es retroceso. El fascismo es compenetración, es progreso, es bienestar.

El marxismo es la negación de la tradición y de la historia de los pueblos, como si la experiencia reiterada de las generaciones fuera un inútil bagaje. El fascismo, al recoger todas las enseñanzas del pasado, adaptándolas a las urgencias actuales, sirve de puente salvador de la civilización y la cultura.

El concepto materialista del marxismo anula todo lo que de más noble tiene el espíritu humano, precipitando al hombre en la irresolución de sus problemas espirituales. El fascismo, por el contrario, al armonizar el problema social con un concepto poético de la historia y la vida, crea la más alta y generosa temperatura mental.

El marxismo es desorden, es anarquía, es disgregación, en provecho de unos pocos. El fascismo es orden, es unidad y es autoridad en beneficio de todas las clases sociales.

El marxismo persigue a la Religión. El fascismo hace suya la norma evangélica: Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.»

Sem comentários:

Enviar um comentário